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1 marzo 2015 7 01 /03 /marzo /2015 21:35

Nacional 26 Feb 2015 - 9:19 pm

 

“Comandante María” la rememora

 

http://www.elespectador.com/noticias/nacional/asi-fue-toma-de-embajada-dominicana-articulo-546468

 

Así fue la toma de la Embajada Dominicana

 

El 27 de febrero de 1980, el M-19 se tomó la sede diplomática durante 61 días. La exguerillera Ligia Vásquez cuenta que uno de los momentos más duros fue la muerte de su compañero Carlos Sandoval, con la que el grupo tomó conciencia de la violencia y el riesgo del acto.

Así fue la toma de la Embajada Dominicana

Por: René Pérez, Especial para El Espectador

 

Aunque estaba casi derretida por un sol que jamás supuso que pudiera existir en Bogotá, Ligia Vásquez, la Comandante María del M-19 en la toma de la Embajada de la República Dominicana, echó los primeros pasos, después de más de tres décadas de no hacerlo, por la Avenida Jiménez, desde la Caracas, con rumbo a la carrera Cuarta, y entonces machacando con alegría los adoquines de esta ahora “preciosa calle” recuerda los cinco minutos más críticos de su vida. Y los recuerda segundo a segundo porque le quedaron remachados para siempre en cada una de sus células:

 

“De repente empezó a sobrevolar un helicóptero muy cerquita de la Embajada y Rosemberg me pregunta que si yo tengo granadas y yo le digo que sí y él me dice métase ahí, en la sala, coja la granada en la mano y si yo grito usted la explota. Me parqueé ahí porque no había tutía, la verdad es que si yo la botaba lejos igual, si no me mataba la granada me mataban después. Así que me metí muy en el medio de la sala, agarré fuerte la granada con la mano, cogí la espoleta y le doblé las paticas y me quedé con el gancho en la mano… y ahí estaban todos los cónsules y estaba la señora del embajador de la República Dominicana, y veo las caras y pienso en mi hijo y justo la mujer dice por favor yo tengo hijos y para mí fue muy duro decirle yo también tengo hijos y aquí nos morimos todos. Porque en el fondo primero no me quería morir, y segundo me parecía muy tenaz llevarme toda esa gente conmigo. Fue un momento que lo veo terrible, pero ese poder de convicción sobre lo justo que hacíamos me impone tirar del gancho, me impone morirme por lo justo de nuestros ideales sin angustia y sin miedo, aunque sí sentía el miedo de la gente. Bueno, no pasó nada…”.

 

Antes de la toma de la Embajada dominicana, la Comandante María estuvo cinco años en una clandestinidad extraña, porque ningún organismo de seguridad la andaba buscando aunque en todo ese tiempo “fui una guerrillera urbana”. Aparte de su compañero (el Comandante Jorge, también en la Embajada) y otros militantes de esa organización, lo único que sabían de ella sus familiares y algunos vecinos era que estudiaba psicología en la Universidad Nacional de manera muy aventajada y que si le hablaban de política decía, con más persuasión que vehemencia, que el “desbarajuste social en el país era inconcebible”, sin saber ellos que casi todos sus minutos de vida los dedicaba precisamente a conspirar para tumbar al gobierno.

 

Ahora, sin la carga mental de que en cualquier momento la puedan detener, torturar y desaparecer, se dedica a descubrir una ciudad muy distinta a la que dejó a finales del siglo pasado: “Es curioso, yo subo a un Transmilenio y me siento muy feliz. Claro, no monto en horas pico porque sé que en todas partes, París, Londres, Ciudad de México, son iguales las muchedumbres. Pero acá vi gente muy joven, bonita, muy sonriente. No tienen la cara amarga de cuando yo tomaba buses. Y hablan un lindo español. Esto lo aprecié también en otros sitios. Son jóvenes pantalleros con coqueteos muy hermosos.

 

“¿Un momento triste en la Embajada?

 

Cuando retiran el cadáver del compañero Carlos Arturo Sandoval. Recibió un disparo en la espalda. Yo estaba de guardia en la escalera de atrás y tenía al frente a cuatro embajadores. Cuando los compañeros comienzan a cantar el himno nacional para despedirlo fue terrible para mí; yo no sé cantar pero lo hice bañada en lágrimas. De repente los diplomáticos se ponen de pie, llevan la mano derecha al corazón y cuando me ven llorar bajan la mirada. Fue muy doloroso. Fue en esos segundos cuando todos tomamos conciencia de la violencia y del riesgo del acto, pero igualmente del valor para asumir nuestra lucha, sobre todo la de ese chico, y del coraje para enfrentar lo que ocurre ahí; pero no es la valentía del desespero, es la convicción política de lo que estábamos proponiendo y por eso ninguno quiso retroceder”.

 

Aunque dice que en el asilo político (Francia se lo concedió) el idioma propio se pierde, su acento es marcadamente bogotano y además con un dejo decisivo, radical. Y si se quiere, de mando. Pero cuando habla de Bogotá se enternece de alegría y se califica de “rola pura”; y a lo mejor por eso es que no acepta que ahora esta ciudad tenga temperaturas altas: “Cuando siento frío en Estrasburgo digo ¡este es el de mi ciudad! ¡Pero ya no puedo decir esto!”. Y en esas añoranzas repite que adora la Bogotá vieja, la que va de la 72 al sur. La de los 80. ¿Y la Bogotá política de esos años?:

 

“La toma de la Embajada de la República Dominicana fue un acto muy importante para la vida del país y para mi vida personal y del M-19. Fue un acto sin precedentes en la vida política del país y de las organizaciones políticas de izquierda. Creo que la Embajada probó que el movimiento político, como los guerrilleros de ese entonces, no eran terroristas y la prueba de ello fue que aun siendo una acción que pudo haber sido muy violenta realmente fue incruenta, aparte del combate de las primeras horas. Hay que tener en cuenta que fue un proceso que se dio en el gobierno de Turbay, frente a una fuerza militar fuerte, contundente, con tanto desaparecido, con tanto preso político. El objetivo inicial del Eme fue sacar los presos políticos. Pero se fue desarrollando hasta alcanzar un punto crucial: el reconocimiento por parte del gobierno de que el Eme era una fuerza beligerante”.

 

Justo al cumplirse 30 años de la firma de la tregua e inicio del diálogo nacional con el M-19 en Corinto, Cauca, ¿cómo califica la negociación con el gobierno durante la toma de la Embajada?

 

Fue bonita porque no se intentó hacer quedar al gobierno como un zapato ni que los guerrilleros pasaran por terroristas. Fue de respeto mutuo. No salimos con los compañeros presos, que estaban en un consejo de guerra hecho por militares a civiles en la capilla de la cárcel. Pero se sentaron las bases para las negociaciones de una amnistía y una salida gradual de los compañeros. Y se abre en el ámbito nacional una mirada hacia Colombia mucho más cautelosa, mucho más sigilosa frente a lo que ellos creían que era Colombia: una democracia perfecta y maravillosa. Entonces el país comienza a hablar abiertamente, desde la tienda más recóndita hasta los ámbitos más altos, de torturas, de violación de derechos humanos. Se diluye esa creencia de que en Colombia había una democracia y los que joden son los guerrilleros. Cuando la verdad, y lo que hay todavía, es que Colombia es un país que se desangra, que está violentado.

 

Primero, para darle piso a mi apreciación, veamos cómo fue la del Eme. En síntesis, el proceso de negociación conduce a la dejación de las armas y a la Constituyente. No digo que el Eme sea el dueño de la Constituyente, pero sí es su motor. Allí entran muchas y distintas fuerzas. En Europa el proceso de la Constituyente y la nueva Constitución colombiana fue un fenómeno muy importante y fue analizado como un éxito, como algo sorprendente de ver cómo en tan poco tiempo un país que está en tanto conflicto y en tanta contradicción política logra ponerse de acuerdo en una Constituyente que no es perfecta pero que es la base de una negociación política que garantiza la entrada de organizaciones políticos distintas a las tradicionales. Se trató de un paso en la búsqueda, o mejor es un logro de todas esas cosas que siempre ha peleado la oposición, las fuerzas beligerantes. Pero la idea no fue negociemos paz, yo me quedo en mi casa y usted no me mate. En esencia no se trató como si solo fuera un problema de matar y desaparecer oposición. Era un problema de país. Es decir, lograr beneficiar al país. Aunque, como se ha visto, se haya desvirtuado después.

 

¿Pero lo de La Habana, hoy?

 

Creo que no estamos suficientemente informados de lo que allí se está negociando. Yo pienso que se está negociando esa parte que concierne a las Farc, al Gobierno y al Ejército. No lo que concierne al país. Pero también me parece que lo que concierne al país no se puede negociar en Cuba. Lo que le concierne al país se tiene que negociar aquí.

 

Volviendo a la toma de la Embajada.  ¿Un momento alegre?

 

El 2 de marzo. Es mi cumpleaños. Los compañeros me dijeron que lo celebráramos y un embajador hizo traer una torta de afuera. Me causó gracia porque la torta era para ellos y para mí. La repartieron y me dieron un pedacito que yo no me comí en ese momento por dos razones: porque la torta podía traer algo venenoso y porque yo no estaba celebrando con ellos. Les agradecí la invitación y me tomé un vino con ellos y luego de que ellos comieron y estuve segura de que nada les pasó, me llevé mi pedacito y lo partí en quince pedacitos… y hubo fiesta y baile, claro.

 

Ustedes estaban en realidad aislados. ¿Cuándo tomaron conciencia de la magnitud de la toma?

Sí, aislados, aunque algunos vecinos nos lanzaban periódicos por encima de los techos. Pero la radio y la televisión estaban censuradas. Sin embargo, aun con esa censura, nuestra posición política frente a la acción sí estaba despejada desde un principio. Creo que la magnitud de la toma la tuvimos cuando salimos en los buses y vemos entre las cortinas de las ventanas a mucha gente saludándonos y hasta los soldados que controlaban las calles haciéndonos con los dedos índice y medio la V de la victoria mientras agarraban las culatas de los fusiles. Hay una cosa muy impresionante: cuando el avión sobrevuela Bogotá, vemos gente en los tejados con banderas de Colombia, del M-19. Eso fue muy impresionante; todos pensamos lo mismo: triunfamos.

 

¿En Cuba qué la impacta?

 

Muchas cosas. Pero hay varias imborrables: las dos horas hablando en privado con Fidel Castro de Colombia en un casita muy pequeña y la rueda de prensa con más de 200 periodistas del mundo, con preguntas muy bien hechas que nos ratifican la importancia de la toma. Ahí reconocemos que Turbay lo manejó muy bien. Nos ha podido masacrar. Recuerdo también una anécdota muy chistosa. Un poco antes de la entrevista, estuvimos hablando con una compañera sobre la periodista Oriana Fallaci ¡y la inesperada sorpresa!: ella estaba ahí. Entonces la compañera dice le voy a pedir un autógrafo, y casi todos le decimos nooo, ¡si la artista acá eres tú!

 

¿Y su comandante Rosemberg Pabón?

 

Muy duro. Había un antecedente: en la toma yo formaba parte del grupo adversario a él, por su manejo autoritario. Pero todos aplazamos la discusión y aceptamos las cosas como eran, en exceso verticales. Ya en Cuba manipuló todo para que la discusión no se diera. Finalmente yo pienso que uno puede conservar esas fibras afectivas que se pueden tener por una persona, pero ahora con Rosemberg no quiero nada. No es lógico, no es coherente pensar bien y trabajar con Uribe. Es un uribista de puro avivato porque es muy hábil, manipulador y está con el mejor postor.

 

Cuando Ligia Vásquez llegó a Francia le tocó enfrentar la vida ingrata de un refugiado político, aunque halló solidaridad por parte de organizaciones políticas amigas del M-19, como el Partido Socialista. El calificativo de este tránsito fue uno solo: duro. Convivir con asilados distintos a ella de distintos países, tener como vecino de habitación a personas con costumbres opuestas a las suyas, lavar, cuidar perros, planchar lo que no era suyo. Y lo peor: “Sentirse marginado, porque allá la vida es muy lenta y organizada y uno siente que nada tiene que hacer porque todo está hecho”. En resumen, el mundo se le volteó. Al punto que pasó de ser una mamá que le enseñaba lectura y matemáticas a su hijo, a una iletrada donde las diligencias que tenía que realizar, él se las traducía y escribía en francés (“Los niños aprenden rápidamente”).

 

¿Cómo fue su salida de Colombia?

 

Meses antes de lo del Palacio de Justicia, estábamos con un compañero sacando de una casa cajas con ropa y propaganda para enviarlas al Frente de Occidente. Cuando metíamos esto en un automóvil, nos detienen supuestamente por narcotráfico porque esa casa había sido un laboratorio de procesamiento de cocaína y la tenían fichada. El muchacho encargado de cuidarla nos la había prestado. Entonces sucedió algo grave, que yo ignoraba, entre lo decomisado había fotografías del Palacio. El hombre que parece el jefe nos dice que no iba por eso y que lo siente mucho porque estamos metidos en un problema de orden público. De ahí en adelante todo se precipita vertiginosamente. Nos llevan a la Dijín, al DAS y luego a la Brigada de Institutos Militares. A mi compañero lo interrogan a golpes, conmigo lo hacen de una manera discursiva. Duramos detenidos cuatro días, hasta que muy temprano aparece un hombre que me dice que es de la Procuraduría. Yo le digo que me parece extraño que alguien aparezca en medio de un interrogatorio y me diga que me va a ayudar. Entonces saca un carné y yo le digo que los hago mejores. No se ponga difícil, me responde. Bueno, me dejan libre.

 

¿Ahí es cuando decide asilarse?

 

No. Me voy para mi casa y grabo todo lo que sucedió desde mi detención y le entregó el casete a Lucho Otero (muerto en la toma del Palacio de Justicia). Ahí le informo qué fue lo que me preguntaron y por dónde estaban orientando la investigación a raíz de las fotografías halladas. Luego ocurre, meses más tarde, lo de Palacio y desde ese momento me vengo haciendo una pregunta mortificante: Si el Ejército sabía los planes de esta toma, ¿por qué no lo impidió y más bien quitó la poca vigilancia que había en el Palacio? Sin Sin duda fue una muerte anunciada, ¿o preparada?

 

¿Cuáles fueron las causas de su salida del país?

 

Son varias: una, después de la toma de Palacio aparezco en una lista de personas con auto de detención porque no fueron identificadas entre los cuerpos carbonizados. Lo cual significaba que estaba sentenciada a muerte. Otra, tengo una ruptura con el Eme por su manifiesta inclinación militar en el campo, y yo no soy para el monte. No me siento útil y me retiro como toda la gente del Eme, que se retira pero sigue haciendo cosas. Cosas como la creación de la Casa de América Latina en Estrasburgo, donde ahora realiza actividades sociales y culturales con estudiantes y artistas latinoamericanos, promueve talleres de escritura, cuentos, tertulias literarias, danzas, mesas de conversación lingüística y hasta se cocina, sin hacer énfasis en lo colombiano aunque, dice, “el gustico es de acá”. Lleva 20 años en esta tarea y un año con el programa Hilvanando la Memoria, para reconstruir y divulgar nuestra historia. Pero también, en medio de ese ajetreo, la Comandante María hilvana su propia historia y recuerda que su hijo fue pieza clave en la toma de la Embajada porque estuvo haciendo “inteligencia” en la sede diplomática: ella y su compañero fueron varias veces a esa Embajada a solicitar información turística. Mientras tanto, su hijo, de pocos años, recorría sin despertar suspicacia la sede para luego contarles cómo estaban distribuidas las alcobas y oficinas y pasillos y baños y patios y con esta información fue que ellos pudieron levantar el plano en donde permanecieron 61 días con ¡medio mundo de rehén!

 

 

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26 febrero 2015 4 26 /02 /febrero /2015 23:19
In Memoriam: Carlos Arturo Sandoval Valero "Camilo" nació en Libano (Tolima) el 13 de noviembre de 1962, murio  durante la "Toma de la Embajada de la Republica Dominicana, el 27 de febrero de 1980, fue la única  baja en este operativo. Tenia 18 años.

In Memoriam: Carlos Arturo Sandoval Valero "Camilo" nació en Libano (Tolima) el 13 de noviembre de 1962, murio durante la "Toma de la Embajada de la Republica Dominicana, el 27 de febrero de 1980, fue la única baja en este operativo. Tenia 18 años.

Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano

 

El Comando que se toma la Embajada lleva el nombre del Oficial Primero Jorge Marcos Zambrano, torturado brutalmente, hasta la muerte, por miembros del ejercito colombiano en las caballerizas del Batallón Pichincha de Cali

 

“Por eso decimos que la toma de la embajada dominicana no la protagonizó el M-19, ni los dieciséis integrantes del comando Jorge Marcos Zambrano , sino todo un pueblo.

 

Ese pueblo que con su alegría, con la esperanza que puso en nosotros y con su ayuda efectiva, nos dio el apoyo que necesitábamos para realizar la tarea propuesta: ese pueblo que se reconoció en la acción, que habló a través de ella y que marcó definitivamente el curso de los acontecimientos que ahí tuvieron confluencia y origen”. “La operación Democracia y Libertad duró exactamente dos meses.

 

Durante todo ese tiempo se denunció y se enjuició el papel que juegan los militares en Colombia: se explicó el origen de nuestra lucha, de la inconformidad del pueblo y la incapacidad del gobierno para solucionar los graves problemas que aquejan al país.

 

Ya para nadie será un dulce el cuento de la bondad de la democracia colombiana. Todo el mundo sabe que el gobierno es una fachada que no siempre alcanza a ser bonita y que detrás de ella mandan las charreteras, las botas, los bolillos, la cárcel.

El pobre juez, maniatado, el Congreso arrodillado, abandonan el país a tan destructoras manos. Por eso pienso que con el operativo sólo logramos un relámpago, una muestra, aunque terrible, de la realidad.

 

Toca ahora a todos aquellos hombres y mujeres conscientes producir miles de relámpagos que iluminen el cielo y muestren a los vendados lo que no les dejan ver. Para producir esas luces, seguiremos incansables en la denuncia, en la búsqueda de la unidad que nos hará fuertes: agotaremos todos los diálogos, propondremos alianzas y marcharemos con nuestro pueblo adelante, adelante, entre más luminoso sea el cielo, más seguros de la lucha por la paz y la democracia.”

 

Después de la acción del Cantón Norte, el ejército se lanzó a encontrarnos a como diera lugar. Practicó miles de allanamientos y detenciones, e indudablemente recibirnos golpes serios. El ochenta por ciento de nuestros cuadros medios cayó preso, perdimos casas, carros, máquinas: en algunas zonas prácticamente nos aniquilaron.

 

Había compañeros que no entendían qué pasaba, pero la mayoría estábamos convencidos de que nuestro único camino era seguir adelante: no había desorganización, no había desmoralización, la gente estaba en su puesto y, lo más importante, el trabajo político continuaba firme.

 

El Flaco nos decía, "el riesgo no es que nos maten a todos: el riesgo es que no sepamos hacer política, que no sepamos hacer amigos". Creo que el paso del tiempo demostró la validez de su planteamiento porque, contra toda previsión lógica, la Organización en vez de reducir, se creció.

Pero nos hacía falta dirigentes para poder responder a la expectativa de quienes deseaban participar con nosotros. Los que habíamos, teníamos que multiplicarnos, trabajar el doble, ponernos a la altura del desafío.

 

La idea de sacar a los presos surgió en realidad de la Séptima Conferencia Nacional del M-19, en julio de 1979. Se encomendó a Luis Otero, un compañero del Comando Superior, de gran experiencia en la lucha urbana y en labores de inteligencia, que elaborara varios planes, estudiara todas las posibilidades y presentara las más viables.

 

Desde entonces, él y varios otros se dedicaron a la tarea, y en menos de un mes tuvieron lista una propuesta. Se trataba de liberar a los presos políticos recluidos en “El Barne”, en Tunja, no sólo a los del M-19, sino también a los del ELN y las FARC. El plan consistía en llevar una remisión de presos custodiados por una "guardia" bien dotada de uniformes y carnets. Los compañeros disfrazados de policías llevarían sus armas en la mano, mientras que los otros —los supuestos presos— las envolverían con espumas.

 

Todo estaba arreglado pero Lucho, quien había preparado cada detalle, no quiso correr riesgos. El día antes del operativo envió a un compañero a echarle la última mirada al terreno y ver cómo andaban las cosas. Para sorpresa de todos, el compa no encontró las andanzas rutinarias de esa terrible cárcel provinciana, sino a efectivos de la policía y del ejército, en gran movimiento, cavando trincheras. El plan había sido descubierto y la previsión de Lucho salvó la vida de diecisiete compañeros que participarían en la acción.

 

Meses después, concentraron a la mayoría de los presos del M-19 en Bogotá, en la penitenciaría “La Picota”; Lucho y su equipo se dedicaron entonces a estudiar esa instalación. Obtuvieron los planos, incluidos los de las alcantarillas, tomaron fotos, e investigaron lo relacionado con la seguridad de la cárcel. Concluyeron que era imposible entrar a la fuerza a rescatar a los presos porque La Picota estaba bien custodiada por los ochenta efectivos del Batallón de Artillería situado al frente, los policías ubicados en las tapias y garitas —que eran otros tantos—, más la propia guardia penitenciaria.

 

Por esos días, la gente asignada al proyecto, tuvo que salir a cumplir otra misión. Lucho empezó a trabajar con Jorge y María. Lucho había estudiado numerosos casos de liberación de presos en otras partes del mundo y su investigación se encaminaba a recoger datos para montar una acción de toma de rehenes.

 

Su equipo se concentró, pues, en dos objetivos: los clubes sociales y las embajadas. En poco tiempo descartaron la idea de los clubes Y se dedicaron a recoger información sobre las fiestas a celebrarse en las embajadas que reúnen numerosos políticos y representantes extranjeros. Entre las muchas sedes diplomáticas investigadas, Lucho se concentró en dos: la de la República Dominicana y Japón. La celebración de sus fiestas nacionales difería por tres meses y por eso quedó descartada la segunda. Después, ya fueron descubriendo las ventajas que ofrecía la embajada dominicana; fundamentalmente, la facilidad para defenderla y su cercanía a la Universidad Nacional.

 

En enero de 1980 nos llamaron a una reunión de la Dirección Nacional. Ahí evaluamos la situación del país y decidimos poner en marcha el plan de liberar a los presos, a todos los presos políticos sin distinción. Pedimos a las diferentes organizaciones que nos pasaran una lista de sus miembros detenidos, y sobre esta base elaboramos un listado nuevo anotando uno del M-19, uno de las FARC, uno del EPL, uno del ADO y uno del ELN... y así hasta agotar cada lista. No se habló del plan concreto que había. Era secreto. Sólo lo conocerían, además de Lucho y El Flaco, quienes fueran llamados a participar en su ejecución. Así pues, concluida la reunión, cada cual regresó a su zona de trabajo.

 

Yo era responsable del regional de Antioquia, donde teníamos montada una acción muy importante en esos días. Mientras estábamos en aquella operación, recibí una nota de los compañeros de la Dirección donde me decían: hermano, prepare tres o cuatro compañeros para enviarlos a una escuela en el campo, una escuela muy verraca y dura: de pronto la gente se puede morir ahí. Necesitamos lo mejorcito que usted tenga. Escogí cinco pelados: Genaro, Enrique, Oscar, José y Napoleón, y le di la orden a Genaro para que los preparara. Todos los días hay que entrenar, Genaro, váyase al campo: caminata, educación física y lo que se necesite. Los escogí por su disponibilidad, capacidad, experiencia y juventud.

Eran cuadros destacados con un gran deseo de aprender: de esos pelados a los que hay que decirles, hermano, pare, descanse, vaya y duerma un rato. Entrenaban por la mañana y se iban luego para el trabajo, o a estudiar, y seguían su vida normal. Además, tenían las responsabilidades cotidianas de su comando. Llevaban una doble vida: clandestina en su trabajo político pero también legal.

 

Mientras que ellos se preparaban, yo seguía mi vida común y corriente hacía gimnasia en mi cuarto a las 5 de la mañana: quince minuticos de calistenia, no más. Yo no iba para la escuela... Dos o tres días antes de salir para Bogotá, cayeron presos en una acción Enrique, Oscar y José, a quienes más tarde —ya en la embajada— incluí en la lista de presos cuya libertad exigíamos. Cuando terminamos el operativo, avisé a los compañeros de dirección y me contestaron: véngase inmediatamente y traiga plata. Y yo, bueno, vámonos usted y usted, acompáñenme a Bogotá que nos necesitan allá. Llevábamos cinco millones de pesos en unas tulas viejas y viajamos en flota.

 

Fueron 17 horas con las tulas en el suelo del autobús. Nos hacíamos los dormidos pero cuidábamos con un ojo cerrado y el otro abierto. El bus estaba lleno. La gente pisaba la plata, pero nosotros tranquilos porque uno aprende que la mejor forma de vivir clandestino es la naturalidad. Si usted se pone escamoso, lo joden. Llegamos todos mamados a una fuente de soda donde esperarnos largo rato a que nos cayeran los compañeros. Cuando nos vieron, lógico, se asustaron por la cantidad de plata que llevábamos encima.

 

En Bogotá había patrullaje militar por todas partes. Entregamos la plata. Era un descanso para la organización a nivel económico. Rendí el informe de la operación y les dije, bueno, yo ya me voy. No, hermano, usted no se puede ir. Pero tengo que irme a camellar a la zona porque ya tenemos montado otro operativo. No, usted tiene que esperar hasta mañana; hay una orden, tiene que hablar con Bateman. Me metieron a un cuartico por ahí y al otro día me encontré con El Flaco.

 

Hablamos y me soltó el bombazo. En ese momento El Flaco no me dice de qué se trata el plan. Me dice que hay un operativo, que ya está todo debidamente calculado, planificado. Eso me basta. Pero, Flaco, tengo que hacer algunas cosas, me agarra de improviso: debo cuadrar las tareas del regional y hablar con mi familia. Si la cosa no es para mañana, deme un tiempito. El Flaco me dice que la operación es más o menos en diez días: arregle todo, hermano, y nos vemos en ese tiempo. Me dan plata, y viajo al regional para hablar con los compañeros que van a participar para que solucionen también sus vainas familiares.

 

Al regreso voy pensando que sacaremos a los presos a la fuerza. Imagino que entramos a la cárcel en un operativo a muerte. Porque eso es dando tiros... Dando y recibiendo los vamos a sacar: hacemos un hueco gigantesco y por ahí salimos. Por la puerta grande. Pero nunca imaginé que era con rehenes ni se me pasaba por la cabeza.

 

Al regresar a Medellín, vi a mi familia, hablé con mi mujer y me despedí de mis niñas. A otra persona le dije que si pasaba algo raro en la próxima semana, las escondiera. También hablé con mi mamá. Le dije que había ganado una beca en París y me iba a quedar dos meses por allá. Se puso contenta, porque pensaba que iba a descansar. Allá no hay peligro para usted, mijo. Ella sabía que me perseguían. Sabía que estaba en el M. porque después de lo del Cantón, el ejército había caído varias veces buscándome. Allanaron su casa en Cali, buscando armas".....

Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano
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Operacion Democracia y Libertad (Febrero 27 de 1980): Comando Jorge Marcos Zambrano

 

 

 

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19 febrero 2015 4 19 /02 /febrero /2015 21:56
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19 febrero 2015 4 19 /02 /febrero /2015 21:42

sombra2

ORLANDO SÁNCHEZ CORTÉS "Miguel"

 

22 de Julio de 1957 – 18 de Abril de 2002

 

3rosas

 

¡Siempre Presente!

 

 

Orlando Sánchez Cortes “Miguel”  Detenido en 1979 en Cali, torturado en la “Remonta”, caballerizas del  Batallón Picihincha. Fue condenado en el Consejo de Guerra de la Picota. Se destacó  por su compañerismo, el compromiso social, las cualidades artísticas y su buen humor. Orlando tuvo un papel decisivo durante  la fuga de Iván Marino Ospina y Helmer  Marin el 24 de junio de 1980. 

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11 febrero 2015 3 11 /02 /febrero /2015 20:15

Operativo

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11 febrero 2015 3 11 /02 /febrero /2015 19:11

Hoy, hace cuarenta años, el 25 de abril de 1981, perdimos a Martha Gisela Restrepo Valencia (Teresa / Inés), a Carmenza Cardona Londoño (Norma / La Chiqui) y a trece compañeros más, en las selvas del Chocó. Fue, sin duda, una mañana de sol radiante, a eso de las once, en un camino cubierto de espesa vegetación; bosque primario, húmedo y tropical, poblado de arboles legendarios, Carrás, algarrobos, peinemonos, guayacánes, jigua; tapizado de musgos, helechos y una capa de humus donde habitan serpientes, gusanos y millones de hormigas voraces. Por ese camino avanzaba alerta la columna guerrillera, llevando a cuestas la fatiga de varios días de intensos combates, desgastados por dos meses de travesía del litoral a la montaña. Marchaban, sin saberlo, en dirección al lugar en donde el hel

ESPADA

Haciendo memoria y rindiendo homenaje a las mujeres y a los hombres que siguen siendo ejemplo para la historia.

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3rosas

 

Martha Gisela Restrepo Valencia (1961 - 1981)

 Gisela Restrepo Valencia "Inés", militante del M-19 muere en abril  de 1981  a los 19 años durante la campaña del Chocó.  

Fueron varios días de intensos y heróicos combates, en condiciones de profunda desventaja y frente a una desproporcionada fuerza militar de miles de soldados movilizados contra un reducido grupo de guerrilleros que pocos días antes habían desembarcado en la costa pacífica colombiana.

 Gisela nació en Cali el 14 de agosto de 1961, hizo sus estudios, secundarios en el colegio público Eustaquio Palacios en donde se destacó como líder estudiantil.

 

 Deportista consagrada en su adolescencia, fue varias veces campeona regional y nacional de esgrima en su categoría. Hizo sus estudios profesionales en el SENA y trabajó en la fábrica de papel “Celanese”. Desde su tierna infancia  manifestó una gran sensibilidad humana y social   que creció con el tiempo y con el ejemplo familiar, convirtiéndose en una fuerza infinita, en una voluntad de transformar el mundo, en una entrega total que la condujo a dar su vida por un ideal noble.

 

Inicia su militancia en el M-19 a través de un trabajo popular de organización y de concientización en el barrio Siloé, que sería años después uno de los bastiones de la insurrección popular armada dirigida por el M-19 en la década de los 80.

Se vinculó a las redes urbanas del movimiento y participó en varias acciones de propaganda al mismo tiempo que proseguía clandestinamente  el trabajo político de base en el barrio Siloé.

Unos meses después de la muerte de su compañero en un operativo urbano en Cali en 1980, Gisela participa en una escuela de formación de cuadros militares en Cuba de la cual salen dos grupos que entran a Colombia en el mes de marzo en 1981, uno por Nariño y el segundo desembarca en la ensenada de Tribugá, en el puerto de Nuqui, en el departamento del Choco.

Las condiciones y las circunstancias del funesto desenlace de esta expedición son confusas y llenas de interrogantes, cuyas respuestas quedaron sepultadas con los jóvenes combatientes que ofrendaron sus vidas. De la columna del Choco hicieron parte entre otros Elmer Marin y Carmenza Cardona Londoño, “La Chiqui”, negociadora durante la toma de la embajada de la Republica Dominicana en 1980.

Un sobreviviente de la columna afirma  que un grupo de doce  combatientes, entre ellos varias mujeres, habrían sido enterrados en  una fosa común en la localidad de Piedra Honda en el departamento del Chocó.

Según el testimonio todos tendrían un tiro de gracia en la nuca. Gisela y Carmenza habrían sido reconocidas por el testigo en el grupo.

El ejército colombiano nunca entrego los cuerpos ni dio información sobre la ubicación de la fosa común.

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6 febrero 2015 5 06 /02 /febrero /2015 21:55

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6 febrero 2015 5 06 /02 /febrero /2015 21:46

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6 febrero 2015 5 06 /02 /febrero /2015 21:34

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6 febrero 2015 5 06 /02 /febrero /2015 21:23

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ENERO 14 DE 1.985

 

El  Movimiento 19 de Abril M-19, presenta a los asistentes a esta reunión constitutiva del COMITE DE APOYO A LAS GESTIONES DE PAZ EN COLOMBIA, un saludo y nuestro sentimiento de  gratitud por su permanente interés por Colombia.

Como es de su conocimiento, nuevos pasos por la paz en Colombia se dieron durante 1.984 con la firma de acuerdos entre el gobierno y las organizaciones populares alzadas en armas: Movimiento 19 de Abril (M-19) , Ejercito Popular de Liberación (EPL), Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Movimiento de Auto Defensa Obrera (ADO) Estos acuerdos coinciden entre sí en lograr un cese al fuego, una tregua y en la necesidad de adelantar el Gran Diálogo Nacional entre los colombianos , para lograr así una apertura democrática real.

Los antipatria, los enemigos de la paz, aquellos que con estos acuerdos han visto menguados sus intereses no se cansan de atacarlos y de buscar su ruptura. Parte de ello es la arremetida recientemente lanzada contra el Frente Occidental del M-19, ataques que se prolongaron durante 22 días y culminaron con el nuevo acuerdo el pasado 7 de enero.

La voluntad de paz que alienta al M-19, nuestros profundos sentimientos democráticos y patrióticos nos lleva una vez más a reafirmar ante Ustedes nuestro compromiso por la paz. Porque este es un anhelo de todo un pueblo, porque hemos escogido este camino después de muchos combates, porque hemos silenciado los fusiles para que dialoguemos.

Llamamos a todos ustedes, patriotas y demócratas ecuatorianos, y por su intermedio a todo el pueblo del Ecuador, a apoyar este proceso que se ha visto amenazado por quienes temen a la hora de los pueblos.

 

Con un cordial saludo,

 

Movimiento 19 de Abril

 

14 de enero de 1985

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3 febrero 2015 2 03 /02 /febrero /2015 22:27

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3 febrero 2015 2 03 /02 /febrero /2015 20:43

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26 enero 2015 1 26 /01 /enero /2015 09:29
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26 enero 2015 1 26 /01 /enero /2015 09:13

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21 enero 2015 3 21 /01 /enero /2015 17:30

        ESPADA

Haciendo memoria y rindiendo homenaje a las mujeres y a los hombres que siguen siendo ejemplo para la historia.

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María del Pilar Zuluaga, militante del M-19,  de 28 años de edad es secuestrada por agentes del estado Colombiano el 28 de mayo, cuando salía con su compañero Gerardo Quevedo de las instalaciones del aeropuerto El Dorado de Bogotá, posteriormente, el 6 de agosto 1987 fueron identificados sus cuerpos, enterrados en la vereda Llanos de Navas del municipio  de Curití (Santander); su muerte violenta se había producido el 1° de junio anterior.  


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«Entre muchos o cientos está ella, mi hija, y fluye en mi recuerdo su imagen de contextura frágil, la intensidad azabache de su cabello largo, la diáfana expresividad de sus ojos oscuros. Pero preponderantemente, doblando su estatura y liderando su interioridad, prevalece ese, su colosal compromiso por la vida. ¡Impostergable, ineludible e indeleble! Compromiso de amor que a través de esos cientos de mujeres y hombres trascendió el presente y se volvió bandera, se volvió razón y presencia perenne, voluntad, determinación de paz y convivencia»[1]

Idela de Zuluaga

 

 Madre de Pilar

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[1]Villamizar Darío, “Aquel 19 Será”, pags. 504/507

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Presentación

  • : El blog de Oiga Hermano, hermana
  • : La historia de Colombia ha sido la del desencuentro entre compatriotas, la del saqueo de las riquezas y la usurpación del poder por parte de la oligarquía. Esto nos ha llevado a vivir en medio de la violencia y la carencia de bienestar para las mayorías... Nos proponemos cambiar profundamente esta realidad. Destacados hombres y mujeres del M-19, junto a vigorosos movimientos sociales han luchado y siguen luchando por conseguir una sociedad justa, democrática y en Paz.
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NUESTRO CORAZÓN NO DEJA DE LATIR POR COLOMBIA  

 

MEMORIA

 

“El olvido no es victoria

sobre el mal ni sobre nada

y si es la forma velada

de burlarse de la historia,

para eso está la memoria

que se abre de par en par

en busca de algún lugar

que devuelva lo perdido…”

Mario Benedetti

SIEMPRE PRESENTES

"Nosotros morimos tres veces, la primera en nuestra carne, la segunda en el corazón de aquellos que han sobrevivido, y la tercera en la memoria, la cual es la última tumba."

Rosa Epinayu

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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